Capítulo 411. Pájaros de ciudad.

Cecily's Park alberga una generosa población de aves y pájaros urbanos. No hay especies exóticas, sólo bellos ejemplares comunes pero merece la pena atravesar el parque solamente por contemplar la exposición permanente de animales que pueblan sus robles y castaños. Gorriones, petirrojos y herrerillos suelen encontrarse formando corros nerviosos que apuran los restos de comida y pan que les ofrecen los turistas y los ancianos. Jilgueros, ruiseñores y carboneros abandonan sus nidos para formar perfectos orfeones sobre los tendidos eléctricos y romper el silencio que dejan atrás las tormentas de Septiembre.

Hoy paseaba por Cecily's Park cuando uno de esos pájaros abandonó inesperadamente su puesto de vigía en la cúspide de un haya. Era un mirlo. Describió un vuelo negro y ondulado, impecable a mis ojos, para posarse en la rama mas baja del magnolio que había junto a mí. Después, como distraído, revisó su plumaje y, sin apenas mirarme, silbó una nota melancólica para decirme:

- ¿Dónde has estado? ¿Qué hiciste con la amistad y lo compartido? Ya no recuerdas tu ciudad. Te has olvidado de la música y los poetas.

- No olvidé nada - le contesté sorprendido -. He estado ocupado. Las obligaciones de mi cargo como alcalde pisotean el tiempo y me desgastan. Pese a todo, sigo unido a esta ciudad y, en estos días, he procurado conservar mi propia vida.

- ¡Ah, la vida, cuánto pide la vida! - me respondió. La vida no tienes que conservarla. No se contenta con conservarse, tiene que crecer, que expandirse. Se apaga con la inercia pero late con fuerza cuando sigue su propia naturaleza. No le tengas miedo. No dejes de amarla y préstale tu atención. Deberías volver a escribir. 

Después de aquello mi extraño consejero pareció percatarse de algo ajeno a nuestra conversación y se alejó con un vuelo libre y despreocupado. Yo me quedé junto a aquel magnolio y me pareció que la petición del mirlo merecía ser escuchada y atendida. Sus palabras me dieron un toque de atención y yo, que soy un alcalde un poco pájaro, he decidido seguir su consejo. Bienvenidos de nuevo a New Gon City.

Ps. Y, de postre, como homenaje al mirlo sabio, el viejo Leonard nos presta "Bird on the wire". 


Oh like a bird on the wire,
Like a drunk in a midnight choir
I have tried in my way to be free.
----------
Oh, como un pájaro en un cable,
Como un borracho en un coro de medianoche
He intentado, a mi manera, ser libre.



Comentarios

  1. Qué alegría tenerle de vuelta, señor presidente. Esperemos que no migre y vuelva a abandonarnos :)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Esperemos, esperemos querida bruja aunque, como bien sabes, a veces es necesario emigrar para ver mas allá.

      Eliminar
  2. Me congratula que vuelvas hacer algo que te gusta :)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hado!!! Muchas gracias por tu comentario. A ver si consigo darle mas continuidad. De hecho, ahora que lo pienso, tu aún no tienes un personaje en NGC...hum...

      Eliminar

Publicar un comentario