Capítulo 378. Jammin' with The Cat vol. 12 - En el momento correcto

No vienen todas las noches. Sólo algunas, entre semana, pero bastantes. Llegan tarde, no  mucho antes de que “cerremos” el local.

Se sientan siempre en la misma mesa. La que está en el medio del lateral derecho de la sala. Él es un tipo enorme, más grande que gordo. Se apoya en un bastón y nadie diría que es ciego si no fuera porque nunca se quita unas gafas negrísimas. Ella es muy delgada, casi escuálida. Ojeras muy pronunciadas y una permanente sonrisa burlona. Salta a la vista que los dos han conocido mejores tiempos. Y que los conocieron hace años. No hablan. Él se toma siempre una jarra de cerveza y ella, una copa de vino barato. Pagan y se van.

Esta noche, en cambio, no. Eran los últimos clientes y, cuando Nathan ha pasado cerca de su mesa, recogiendo vasos aquí y allá, ella le ha ronroneado: “¿Le importa que toquemos un poco abajo?”. Los tres —a ver, me explico: no “ellos tres”, sino Luther, Nathan y yo— hemos dado un respingo. “Ellos dos” nunca han estado abajo, en ese sótano que Nathan recuperó hace meses con mimo y que tiene sólo medio éxito: bastantes clientes lo usan porque les “dejamos” fumar, pero la idea de que el piano fuera un aliciente…

Nathan trata de resistirse (“es que ya es muy tarde…”), pero le hace ilusión que “ella” reconozca que es él, y no Luther, el dueño del local. Y, además, qué demonio: esa mirada llena de ojeras, esa sonrisa burlona… “Vale, pero toquen sólo un rato y algo más bien lento”.

Segundos más tarde, suena algo parecido a esto:



“¡Es Turner! ¡¡¡Es el puto Big Joe Turner!!!”. Luther ha despertado de su medio letargo y se lanza de manera suicida escaleras abajo. No, claro, no es Big Joe Turner, porque Big Joe Turner murió hace casi treinta años. Pero suena como Big Joe Turner. “Él” está sentado junto al piano, inmóvil, y canta con una estilizada voz de barítono que recuerda muy poderosamente a la de ese camarero del “Hawaiian Gardens” de Kansas City al que el maestro del boogie woogie, Pete Johnson, descubrió en 1930.

Fue el principio de una exitosa carrera a dúo y que lanzó a Turner, facilitándole posteriormente una larga lista de colaboraciones con lo más granado del jazz (Duke Ellington, Count Basie, Art Taum, Dizzy Gillespie…); y, sobre todo, la suerte de conseguir desde los años 40 una sucesión de contratos con importantes casas discográficas (Decca, Atlantic, Pablo…) que le permitieron muchas grabaciones en solitario.

A Luther le encantan dos cosas muy diferentes de Turner: la manera irónica con la que interpreta el estilo blues de Kansas; y su capacidad de adaptarse a corrientes de moda muy distintas, haciéndolo siempre mejor que bien: empezó con el boogie woogie, siguió con el “shouted blues”, fue pionero del rythm&blues y del rock&roll, y volvió al blues al final de su carrera, cuando los estilos clásicos volvieron a ponerse de moda, aupados por un numeroso público blanco.

De hecho, lo que “él” está calcando ahora es la versión de “The night is the right time” que Turner grabó en una sesión histórica de 1973 con Count Basie, Harry “Sweets” Edison, Ray Brown et alt. para uno de los productores que fueron puntales de ese “revival”: Norman Granz.

Luther no da cuenta de que está susurrando todo esto con bastante excitación hasta que Nathan le interrumpe: “¿Has dicho rock&roll?”. Luther le mira con detenimiento: “¿Conoces “Shake, Rattle and Roll”?”. Nathan sonríe con suficiencia: “Sí, claro, un exitazo de Bill Haley…?”.  Luther se subleva: “No, majadero del demonio, un exitazo de Big Joe Turner”.



De pronto, Luther se da cuenta. No es sólo que “él” cante como Turner, sino que “ella” toca como Basie. “Ése es nuestro problema, cariño”, vuelve “ella” a ronronear. “Podemos imitar a casi todo el mundo, pero no tenemos realmente talento”. Luther la mira con algo parecido a la veneración: “Querida, que me aspen si no tenemos tú y yo una idea muy diferente de lo que es el talento… ¿Nos podríais hacer otro regalo? ¿Por ejemplo, “Roll’em Pete”?”



Nathan busca la conciliación: “Tienes razón, Luther, esto es prácticamente rock&roll…”. Luther no puede resistirse: “Sí, Nathan, sí. Pero se compuso y se cantó unos quince años antes de que naciera del rock&roll…”

Comentarios

  1. Pues si esto es de quince años antes del nacimiento del rock&roll...a ver si es que nació antes de nacer.
    Ya se había demostrado antes la tremenda capacidad arqueológica de este cat, pero en esta entrega se supera a sí mismo.
    TíoPablo

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    Respuestas
    1. Es que The Cat es un felino de ojos agudos y penetrantes. Ve mas allá de los simples seres humanos...

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