Capítulo 354. Vida cítrica.

Una de las hipótesis actuales mas apoyadas para explicar el origen de la vida en la tierra es la denominada hipótesis del mundo RNA que, básicamente, sostiene que pequeñas moléculas de RNA autorreplicante fueron el origen de toda la vida en la Tierra. Inicialmente estas moléculas se replicaban de forma espontánea y, con el tiempo, se asociaron a envolturas lipídicas (grasas) que darían origen a las membranas celulares de los primeros seres vivos unicelulares y procariotas (sin núcleo celular).

Desde hace algunos años hay muchos científicos por el mundo tratando de recrear las condiciones químicas prebióticas que permitieron el origen de la vida. La existencia en la naturaleza de RNAs autorreplicantes ya se describió hace algunos años, sin embargo, las condiciones químicas requeridas para la autorreplicación de una molécula de RNA parecían incompatibles con el mantenimiento de la integridad de una vesícula lipídica. La autorreplicación del RNA necesita una concentración de iones de magnesio muy elevada que rompe las estructuras lipídicas por lo que la formación de estas estructuras protocelulares no era mas que una simple hipótesis. Faltaba un eslabón químico que permitiera la asociación de RNAs autorreplicantes con envolturas lipídicas.  Hasta hoy. 

La revista Science ha publicado en su último número un artículo en el que Katarzyna Adamala y Jack W. Szostak muestran cómo recrear en el laboratorio una vesícula lipídica estable con un RNA autorreplicante en su interior. Una auténtica protocélula. La clave es la presencia de citrato (sales del acído cítrico), una molécula orgánica muy común en cualquier medio terrestre que es capaz de estabilizar las vesículas lipícas que envuelven al RNA en presencia de iones de magnesio, además de aumentar la eficiencia de la replicación al favorecer la integridad de las nuevas moléculas copiadas de RNA. Casi nada. Semillas de células vivas creadas a partir de componentes químicos que se pueden encontrar casi en cualquier parte del planeta Tierra.

Queda por saber si en el mundo prebiótico, en ausencia de rutas moleculares de síntesis de citrato, habría moléculas alternativas que pudieran conferir propiedades similares a las protocélulas. Los autores proponen ácidos peptídicos y parece que es bastante plausible aunque, por ahora, es sólo especulación. En cualquier caso, como veis, esto es pura química y la síntesis in vitro de vida real parece cada vez mas cercana. Probablemente lo veamos con nuestros propios ojos.

PS. Si queréis profundizar en el asunto podéis acceder al artículo completo aquí.

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