Capítulo 366. NGC 57 AM vol.10 - Nostalgia

¡Buenos días en la noche de un nuevo año que alumbra La Cabaña, New Gon City!

¿Nos dejamos seducir por el encanto de aquella búsqueda artesanal frente a las facilidades que nos ofrece la tecnología?

Algunos os sentiréis identificados. Ya es más anecdótico, pero hubo una época en que era cuestión cotidiana. Cuando no se contaba con la inmediatez de las redes. No había youtubes, googles ni wikipedias, y "shazam" era un grito de guerra reservado a superhéroes. De cuando en cuando, en plena escucha de un programa de radio, aparecían unas melodías que capturaban la atención y lanzaban las señales de alerta. Comenzaba entonces la porfía deseseperada por un bolígrafo y un trozo de papel mientras se intentaba desentrañar y retener las máximas referencias posibles al tema en cuestión. Así, ocurría en aquella época que, frecuentemente, en lugares insospechados, aparecían retazos de papeles luciendo anotaciones crípticas. Intentos apresurados de capturar algún dato salvador del que poder tirar del hilo. La mayoría de las veces, transcripciones de onomatopeyas idiomáticas arrojadas por el presentador de turno. Algún tema musical había desatado un torrente endorfínico y daba paso a la quimera de hacerse con la grabación.

El asunto rebosaba encanto. Muchas veces pasaba tiempo hasta que una segunda o tercera escucha accidental daba con la clave. Pero ni siquiera valía con ello. Nada de amazones ni itunes. Si sucedía que no se daba con un endorfinado cómplice que se hubiera adelantado y el encaprichamiento pedía más, no era raro tener que persistir en las visitas a las tiendas de discos. Recorrer como un ritual las distintas secciones a la caza de las escurridizas presas. Así, hasta que un día, como rodeado de una aureola, se nos aparecía el anhelado ejemplar. Recuerdo gratamente haberme agachado en más de una ocasión para escudriñar entre los cajones de reposición. En una de esas se debió gestar la apertura de "Fauneil Records".

Como tantas veces ocurre, la nostalgia de aquellas búsquedas eclipsa todas las pesquisas frustradas. Cuántos momentos de euforia y cuántas melodías perdidas. Y aquí una que no lo será por mor de la barbaridad con la que las ciencias adelantan. No hace mucho, un reportaje en el telediario apenas deja unos segundos una música de fondo que hace saltar las alarmas. Se despiertan los sentidos. Suena familiar… podría ser, pero no, no parece ninguno de los habituales. No hay pistas. En otra época, la melodía habría quedado durmiendo el sueño de los justos, esperando o no un reencuentro mucho tiempo después. Sin embargo, el milagro tecnológico deslumbra; encuentra la emisión, reconoce el breve fragmento y permite rescatar esta delicia sonora del mar de músicas.


Frágil y elegante, como el cuello de una girafa. Aprovechándose de mi debilidad confesa por los ritmos ternarios. El descubrimiento de Pascal Gaigne, músico francés que se enamoró de San Sebastián y que resulta atesorar un puñado de inspiradas composiciones en bandas sonoras de películas y documentales. Y, sin duda, una referencia necesaria a la que acudir cuando quizá me topo con un nombre mal escrito en un trozo de papel, se me dibuja una sonrisa y la nostalgia se hace notar. Cada uno tendréis la vuestra; si no, corred a identificarla.

Comentarios