Capítulo 160. The stories of Henry Dodge vol III
¡Alzaos espíritus de la ciudad! Fantasmas de cemento. Alzaos a la llamada de mi voz y recordad. Soy el asfalto y la vida, el cristal y el corazón. El guardián de vuestra memoria y el reflejo de una época que se olvidó. Yo soy Henry Dodge III. Siempre he estado aquí y vivo de nuevo para contaros lo que nadie mas vió. Escuchadme. Escuchadme con atención.
Maggie Dodge nació bajo el hielo de la colina de Saint Gon. Durante el parto la cuarta de los hermanos Dodge se abrió a la vida como un grito desesperado y, durante tres meses, lloró, lloró y lloró. Su lamento contagió el bosque y el río estremecido le concedió ser la mas bella de los Dodge. Maggie creció persiguiendo la sombra de su antecesor, Gabinus y, desde ahí, se forjó. Creció. Decidió. Su mano no sería tímida y sobre la generosidad construiría su propia condición. Antes de la furia, antes del horror.
La guerra arrasó sus posesiones, destruyó sus emociones y se refugió en la escuela junto a los demás hermanos Dodge. El final del dolor inició la reconstrucción y Maggie Dodge también se reconstruyó. Abandonó New Gon City como un pájaro sin dueño. Se reinventó y voló con dirección. Aprendió las artes y las lenguas, la geografía y la convicción. Y al final de su camino, ¡oh destino traidor! un reloj de soledad y una carta triste de amor.
Maggie Dodge volvió a New Gon City con una falsa maleta de fracaso y el corazón partido en dos. Se bajó del tren vacía y se dirigió al bosque donde nació. El cobijo le esperaba bajo las hayas y, en el río, un pescador. Un compañero, un amigo, un pilar y un timón. El señor Peebles y Maggie Dodge construyeron un nuevo hogar con vistas a los rascacielos de la ciudad. Y sueñan juntos, claro que sueñan juntos. Porque esto aún no ha terminado. New Gon City lo sabe y también lo sé yo. Soy Henry Dodge III y vivo en el alma de Maggie Dodge. Soy Henry Dodge III y el viento silbará, para ellos, mi canción.
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