Capítulo 186. Musculeitor reloaded

¿Os acordáis de Goalkenstein? Si, si, la patética y vociferante criatura que vive escondida en mi interior. El destructor inapelable de mi sentido del ridículo que se alimenta de goles y de la vergüenza ajena. ¿Os acordáis? Bien, pues como si no fuera bastante bochornoso para mí cohabitar con semejante rasgo de mi personalidad tengo que confesar que otra horripilante criatura me posee de vez en cuando: un ser siniestro compuesto de fibras de actina y miosina y adicto a las endorfinas. Un espíritu sádico y monstruoso que disfruta con el dolor. El mío en concreto. Me refiero al espantoso y terrorífico... Musculeitor.

Como lo oís, amigos. Musculeitor. El animal que sólo quiere músculos, como Diana Ross en su canción. Os confieso que me posee varias veces por semana desde hace años y me obliga a hacer actos en contra de mi voluntad. Es duro decirlo pero no puedo controlarle. Me arrastra al gimnasio para sufrir terribles tormentos y todo por conseguir su dosis periódica de endorfinas. Yo no quiero hacerlo. El gimnasio es un sitio aburridísimo con escaso interés en general pero Musculeitor está allí en su salsa. Se apodera de mi cerebro y me dice cosas como: "No pain no gain" o "Todo por las endorfinas" mientras yo le imploro: "Musculeitor, ten compasión. Que voy a echar el bofe". Amigos, Musculeitor es un toxicómano inhumano.

Pero aquí no acaba la historia, aún queda lo peor. Al final de la sesión de tortura, en pleno subidón endorfínico, Musculeitor hace un último gesto para humillarme completamente antes de desaparecer. Me planta frente a un espejo y se pone a mirar mis músculos diciendo: "Voy a hacer de ti una bestia parda, un animal de bellota". Y luego se va dejándome exhausto y en calzoncillos. 

Ver para creer amigos. Me ducho por no llorar.

PS. He de reconocer que Musculeitor goza de las simpatías de mi concubina y Madame George pero ya me gustaría a mí verles en mi lugar. Sólo JL me comprende.

Comentarios

  1. Yo también te entiendo. Yo tengo una loca parecida en mi interior que me arrastra a la piscina... ¡antes de clase! Es mala y sibilina, la jodía, pero de momento no he conseguido deshacerme de ella. Le gusta demasiado el agua fresquita y esas supuestas endorfinas (yo creo que no son tales, sino la satisfacción de haberme vencido una vez más... pero tú eres el científico aquí).

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. El caso es que Musculeitor tambien me lleva a la piscina últimamente. En pleno invierno y con claras intenciones de acabar con mi salud...Musculeitor y tu loca deben ser de la misma familia de sádicas criaturas.

      Eliminar

Publicar un comentario