Capítulo 70. El hueso de la prisa

Hace unos dias me topé con Giorgio Hightower en el metro de New Gon City. Giorgio es un buen amigo que vive en el Shire desde hace muchos años. Es un tipo enorme y fuerte que lleva años sin poder trabajar. Al encontrármelo, me ha dado una noticia grandiosa: ¡Por fin tiene curro!  No es de lo suyo pero ¡a quién le importa! Casi me da un soponcio suburbano de la sorpresa que me llevé.


Todo esto es genial pero Giorgio es un tipo incómodo para mí, me obliga a hacer serios esfuerzos con mi cuello para poder mantener una conversación con él cara a cara. Mi plan B en estos casos suele ser inclinarme hacia atrás convirtiéndome en un triste imitador de la torre de Pisa. Afortunadamente, Giorgio también es un tipo comprensivo y hemos llegado a un acuerdo tácito: yo hablo con su esternón y él con mi coronilla. 

El esternón de Giorgio estaba de lo mas emocionado que se recuerda. Me contó la noticia atropelladamente, sin respiro, como sólo un hueso torácico sabe hacerlo. Completamente crecido no podía dejar de hablar a toda prisa de su nuevo trabajo. Me describió sus nuevas obligaciones, a sus recién estrenados compañeros, el sueldo y comisiones que percibirá... todo. Mi coronilla le escuchaba con gran interés. Nunca antes se vió un esternón tan comunicativo ni un parietal craneal tan atento y entusiasmado. 

Cuando Giorgio y su esternón llegaron a su parada nos despedimos. Mi amigo me regaló un gran abrazo que me rompió tres costillas y dos vértebras y, mientras intentaba no desangrarme, le deseé mucha suerte con sus nuevas tareas . Seguro que lo hará muy bien. Se lo merece. Es un tio grande en todos los sentidos.