Capítulo 82. El faro de Rosie.

Hay un faro solitario. En mi memoria, se enfrenta al mar en silencio. Un centinela desafiante y desarmado. Un vigía entre los acantilados. Hay un faro solitario. El faro de Oliver's Rock.

Tomad la ruta 28 en dirección norte desde New Gon City y llegaréis hasta él. Admirad su distinguida lealtad al horizonte. Titán de argamasa y ladrillo. Cómplice de capitanes bajo las estrellas. Sello nocturno de lámpara y brillo.  Si guardais silencio escuchareis su sinfonía de océano y vientos tras las mareas. Compás binario, marcha de corsarios. Sólo el mar es tempo y diapasón. El faro es un guardián apuesto con una mujer en el corazón.

Rosie, anfitriona del faro.  Desde siempre vivió en la torre guía. Sin embargo, en ocasiones, nos encontramos en New Gon City porque le gusta quedarse con Alfrodo en la casa del Shire. Cuando nos vemos, compartimos nuestro amor por el coloso blanco de Oliver's Rock. Es un templo natural y Rosie lo sabe bien. Ha hecho del faro un espejo de sí misma. Exterior fuerte y despierto. El interior equilibrado e inteligente. Bien amueblado y abierto. La señora del faro construyó en espiral una librería que crece desde la roca hasta el cielo. El torso del gigante blanco no está vacío por dentro. Es arte. Y en la cúspide de luz, fotografías.

Hay un faro bello y solitario. En la ruta norte de la 28 hacia Oliver's Rock. Un guardián que despierta en el crepúsculo y se enfrenta al mar en silencio. Un faro bello y solitario. El faro de Rosie.