Capítulo 94. ¡Viva Franco!

Hoy estoy contentísimo. Fijaos, he recibido una carta y un regalo que llevaba mucho tiempo esperando. Es de mi admirado y gran amigo Franco. Tal vez no entendais todos los contenidos porque Franco no domina el castellano y tiene una manera un poco rocambolesca de escribir. Aún así, espero que os guste su regalo tanto como a mí:

Querido Gon,
dejo atrás mi pobre patria. Ha quedado aplastada por abusos de poder de gente infame que no conoce el pudor. La dejo atrás gobernada por bisnietos de su majestad el dinero, culpables de imbecilidad. La han convertido en un mundo gris y azul pero, por fortuna, mi maestro me enseñó a descubrir el alba dentro de las sombras. Seguiré sus enseñanzas y buscaré mi centro de gravedad permanente. Viajaré como un nómada y encontraré la paz al final de mi camino.

Desde mi partida he seguido una cierta ruta en diagonal anhelando vivir a distinta velocidad. He cruzado reinos de hechizos y músicos gitanos rebeldes. Busco un sentimiento nuevo. Busco otra vida. He visto zíngaros del desierto, culturas sepultas, posadas prohibidas a españoles y vislumbré la presencia de la artillería en países meridionales. Los viajantes con los que me cruzo van en busca de hospitalidad pero, es curioso, como extranjero que soy no tengo ataduras del sentimiento.

Os escribo desde la frontera con Irán. Una carta para ti y otra para el gobernador de Libia. Mientras espero, fumo cigarrillos turcos que me ha ofrecido un hombre de una cierta edad. Un soldado acaba de registrar mi coche. Llevaba gafas de sol sobre su enorme y aguileña nariz. Le dan carisma y sintomático misterio. Los guardias fronterizos buscan un prófugo afgano y también contrabandistas noctámbulos. Me llegan terribles olores de pólvora de fuego mientras, en la radio, suenan basuras musicales y monsergas africanas. No me  puedo quejar. La música contemporánea es peor aún. 

¿Cómo estas tú?Aún conservo aquella afeitadora de cuchillas que me regalaste. Bien sabes que no quiero afeitadora eléctrica. ¿Te acuerdas de mi padre? Nos decía que es difícil seguir cuando los hijos crecen y las madres envejecen. Afortunadamente se que, por ahora, tus deseos no envejecen. Me vienen a la memoria nuestros momentos en Alexander Platz y los paseos hasta la frontera con Berlín Este. Te gustaba escuchar a Schubert y mirar a aquellas mujeres encorvadas sobre el telar en la ventana.

Gon, me despido. Es de noche y tengo poca visibilidad. La constelación de Leo emana poca luz. Hay una televisión en la caseta de los soldados. Por fortuna, mi racismo no me deja ver esos programas demenciales con tribuna electoral. Intentaré leer aunque, tal vez, necesito instantes de silencio.

Un abrazo muy fuerte y un beso

Franco

PD. Te envío un regalo junto a la carta. Es un video con la interpretación de "I treni de Tozeur" en el concierto que dí  en Baghdad. Espero que te guste. Sé que es una de tus favoritas.


E per un istante ritorna la voglia di vivere
a un'altra velocità
passano ancora lenti i treni per Tozeur.







Comentarios

  1. ...las lagartijas que cruzan la calle,
    ¡qué diferente e igual su mundo del mío!

    ¡¡¡¡Grande, grande, Battiato!!!!

    by Gabinus

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    1. Si que es grande ...Además no le enervan los semáforos ni los stopppss

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