Capítulo 219. El tempo de Teddy Hand.

Si os dejáis engañar por las apariencias, podéis llegar a creer que el establecimiento que está junto a la librería Bookend es sólo un comercio mas de los muchos que se encuentran en Owes Hell. Pensaréis que es una sencilla tienda de instrumentos musicales, bien presentada, con una selecta clientela de avanzada edad y poco mas. Y no os faltará razón. Pero si os detuvierais, entrarais sin prisa y observarais con calma a vuestro alrededor, podríais llegar a descubrir que ese local alberga un santuario de la artesanía en su trastienda. Un taller donde las manos dialogan con la madera, los barnices y la luz de un patio interior ajardinado. En ese taller, amigos míos, sentado y encorvado sobre los listones de ébano recién cortados, estudiando pausadamente la disposición de los nudos en las planchas de madera de arce y abeto, encontraréis a Teddy Hand, el maestro lutier mas reconocido de New Gon City.

Teddy rehabilita y restaura instrumentos de cuerda. Se gana la vida con ello. Su taller es un rústico museo de sierras, martillos, gubias, cuchillas, limas y punzones que el hábil artesano conoce y maneja con gran precisión. Usando la fuerza mínima, Teddy se apoya en los nudos de la madera para vencerlos sin atacarlos e interpreta, durante este proceso, un melancólico adagio que sus manos conducen para reparar tapas, clavijeros y antiguos diapasones. Así, entre el serrín, las virutas y los aromas del pegamento y el barniz, el tímido lutier mantiene calladas conversaciones con sus viejos y melódicos pacientes buscando conectar con el daño que el tiempo les ha infringido. Y, es entonces, cuando Teddy obra el milagro y el reloj no existe en su taller. 

Teddy Hand vive en New Gon City. Buscad su local si algún día paseáis por Owes Hell. No deja de ser un tipo curioso. Madruga mas que el propio sol para dar de comer a insomnes gorriones de parques en tinieblas. Te sorprenderá encontrártelo cargando con bolsas de ladrillos para construir edificios proyectados en su mente, con perspectivas imposibles sin puntos de fuga. Pero así de caprichoso es el talento de los genios. Así es Teddy Hand, el lutier. Manos de artesano, tacto y corazón de caballero. Así es mi buen amigo Teddy Hand, allegro ma non troppo.


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