Capítulo 138. NGC 57 AM vol.3 - Third

¡Buenos días en la noche que inspira esta Cabaña, New Gon City!

Ocurrió hace no mucho, queridos newgonkinos. Allí me encontraba yo, en medio de una prole de festivaleros que se agolpaban en la esplanada frente al escenario principal, algunos por devoción, otros por afición, muchos atraídos por el nombre, y demasiados porque era donde había que estar a esa hora a tenor del tamaño de las letras en el cartel. Asistir en un festival a un concierto de sonidos más íntimos que rotundos puede llegar, como mínimo, a enervar. Multitudes tomándose sus copas y cervezas y comentando lo que se tercie como si aquello fuera más estar de noche en el pub que asistiendo a un directo. Con el fenómeno concierto de los últimos años, no hace falta siquiera que se trate de un festival para vivir experiencias desquiciantes similares. Pero definitivamente, en los festivales el asunto va más allá.

Y de repente, sucede. Comienza a sonar una maravilla que cautiva más sentidos de los que uno posee. Algo que trasciende y demanda súbitamente ser vivido con la mayor de las intensidades posible. Afortunadamente, en el intimismo musical, avanzar entre la multitud no es la quimera de otros conciertos. Así que, como embelesado por melodías hamelinianas, uno acaba acercándose lo suficiente para al fin aparecer rodeado de asistentes cómplices en el delito de disfrutar y dedicarse a lo que procede. Una excepcional Beth Gibbons derrochando matices que invaden el ambiente y crean una atmósfera casi tangible. El espectáculo no es sólo musical. Mientras la voz luce un color más allá de cualquier grabación de estudio, unas imágenes de fondo elevan la experiencia a otra dimensión. En la consciencia de que se trata de uno de esos momentos irrepetibles, sólo queda deleitarse y aguardar que la memoria se impregne de lo que allí está aconteciendo.

Sobre el escenario, Portishead en acción. Un grupo comprometido con la elaboración de sensaciones sonoras, que no hace concesiones a la inmediatez y mucho menos a la radiofórmula. Irrumpen a mitad de los 90 y casi se asfixian con el abrazo de público y crítica, que los encumbra con su primer album. No defraudan con su segundo trabajo, pero, quizá por la presión de las expectativas ajenas o propias, o quizá por otros motivos, se conceden una larga desaparición. Y tras más de una década de espera, sorprenden con su "Third" y dejan claro en el elocuente título, al que convendréis que era difícil resistirse a referenciar en esta entrega, que lo hacen cuando al fin han dado con los mimbres emocionales y creativos necesarios para no desmerecer su obra. Vaya si dan con ellos. Un ejercicio de honestidad y respeto propio. En él, esa maravilla que me atrapó en medio de un depropósito colectivo.

Os dejo con el deseo de que encontréis sin premuras un momento apropiado, uno gobernado por la paz y el sosiego, en el que poder abstraeros del entorno por poco más de 4 minutos de aluvión audiovisual. El solaz es necesario, porque hablamos de sentirse flotar en un bosque de felicidad y súbitamente entrar en caída libre al vacío. Cuando en lugar de discurrir en la cotidianiedad, la ciudad, el coche, el trabajo, uno parece campar en compañía esquivando árboles, persiguiendo sueños... para un día toparse de frente con la inesperada noticia. Desaparece el mundo de ilusión. Un nubarrón negro impregna todo de una dolorosa oscuridad y trae lo más duro: aceptar, asumir que aquéllo que convertía en una existencia bucólica la atribulada y desnaturalizada vida entre humo y oficinas, se esfuma sin poder evitarlo. De repente, la implacable realidad destruye árbol a árbol ese bosque en el que nos habíamos perdido y creíamos eterno. Y el día a día se torna insoportable. La calle, ir al trabajo, rutinas que casi provocan asfixia. Y aparece la tentación de dejarse llevar, de abandonarlo todo o de tomar lo que te prometan que te saque de allí. Que por un momento deje la negra realidad al margen y te conduzca a un falso sucedáneo virtual, una mentira piadosa. Pero la vuelta es peor, sólo queda despertar maltrecho, esparcido por el suelo y recaer, y recaer, mientras esos relojes parecen burlarse y no querer avanzar, hasta que finalmente el tiempo nos permite encontrar las respuestas y dejar los engaños atrás... Todo eso y muchas interpretaciones más, pero contado de la mejor manera posible...


Comentarios

  1. Respuestas
    1. Se agradece el comentario patrono, celebro que encontraras el momento apropiado para poderlo disfrutar (!).

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