Capítulo 158. Microrrelato felino.

He subido al tejado. Como todos los días de verano me alcé a través de la enredadera. Sobre la ventana la sonata de los grillos se eleva escondiendo mi presencia. En silencio observaré el viaje final de la luna y esperaré tras la chimenea. Dormitaré un breve sueño expectante hasta el amanecer. Y con el primer sol, pájaros buscando el calor. Este es mi momento. Un fugaz latigazo feroz sin error. No habrá compasión. Mis fauces tensas someten a la presa. Las alas que se apagan. Un salto al alféizar y, de nuevo, la hierba. Una llamada discreta al entrar en la leñera y maullidos agudos en respuesta. La victoria está en mi boca y la saborearé con mi descendencia.

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